Como sabemos, los nervios, el estrés y la ansiedad diarios, o simplemente la mala costumbre, hacen que muchas personas lleven sus dedos a la boca y se muerdan las uñas, casi sin darse cuenta. Es un mal hábito que puede ocasionar perjuicios mucho más allá de lo estético, en torno a infecciones muy diversas, afectando también a dientes y encías.
Aunque existen diversos remedios caseros para evitar morderse las uñas, los expertos coinciden en que la solución más eficaz viene del campo de la psicología. A pesar de ello, los centros y clínicas de estética ofrecen otro tipo de tratamientos y productos para uñas.
Una de las soluciones más eficaces es la utilización de uñas acrílicas, tanto en el caso de hombres como de mujeres. Este material, el acrílico, es fuerte y resistente, y tiene la capacidad de compensar y corregir el desarrollo futuro de una uña mordida.
El acrílico es un interesante y funcional material de carácter opaco, que permite que la uña luzca con un acabado natural.
Es muy positivo masajear las uñas y su cutícula una vez al día como mínimo con aceites que aporten vitaminas y extracto botánico, aceites denominados no esenciales. Si has decidido cambiar de esmalte y tienes uñas con material acrílico, es recomendable que uses unos productos para uñas que no contenga acetona.
Otro excelente producto es un esmalte fortalecedor. Hay muchos modelos diferentes en el mercado. Del mismo modo hay algunos tips caseros, como por ejemplo, colocar un poco de aloe o sabila en las uñas, sus propiedades nutritivas ayudan al crecimiento de la uña y al fortalecimiento de la misma.
En realidad, los cuidados que necesitan las uñas mordidas no son tan diferentes de los que requieren las uñas que no se han ido mordiendo, es decir, una dieta apropiada, la aplicación de bases protectoras y el uso de utensilios idóneos.