Se estima que una de cada tres mujeres sufre en algún grado incontinencia urinaria. Las causas son múltiples: edad superior a 40 años, haber practicado deporte de impacto sin proteger la zona pélvica,embarazos en los que se haya engordado demasiado y partos (más aún cuando se han utilizado fórceps).
También puede aparecer incontinencia urinaria en el caso de haber padecido o estar en proceso de una infección de orina. En ese caso estos remedios caseros para la infección de orina pueden serte útiles. Si no es tu caso, te invitamos a que sigas leyendo.
La vejiga tiene una capacidad media de dos a cuatro horas sin sentir la necesidad de orinar (en función del líquido ingerido) y todo lo que salga de estos márgenes son micciones que acompañan a la patología, juntamente con unas ganas imperiosas de orinar.
La incontinencia urinaria puede ser una consecuencia a largo plazo de los partos y embarazos con exceso de peso.
Si tienes duda de si puedes padecer este problema o estar en riesgo de sufrirlo, responde a las siguientes preguntas. Si más de dos respuestas son afirmativas, debes consultar al médico:
- ¿Has tenido alguna vez sensación de peso en la zona genital?
- ¿Has tenido algún escape de orina en ciertas ocasiones, como reír, estornudar, correr o saltar?
- Haz esta prueba: intenta interrumpir completamente el flujo de la orina. ¿Se te escapan algunas gotas?
- ¿Has tenido últimamente alguna sensación dolorosa durante el coito?
- Haz la prueba con unos conos vaginales, de venta en farmacias. ¿Se te cae el número 3?
La prevención se basa en el trabajo realizado en centros por fisioterapeutas especializados, que conocen ciertas técnicas capaces de erradicar este trastorno, que no es grave, pero sí molesto y que interfiere negativamente en la calidad de vida y las relaciones sociales. Es un tratamiento no invasivo, que refuerza la musculatura y aumenta el tono del suelo pélvico, mediante unos ejercicios de gimnasia abdominal hipopresiva y de fortalecimiento de la región afectada.
Consiste en trabajar mediante un sensor de presión, bioofeedback, que marcará el estado de debilidad de los músculos del suelo pélvico y también nos servirá para visualizar a través de una pantalla el trabajo que estamos realizando bajo la supervisión del experto. En ocasiones, se puede tratar igualmente con técnicas de neuroestimulación, dependiendo de los casos. También se ha demostrado que los abdominales hipopresivos mejoran notablemente la incontinencia urinaria leve.
Lo normal es que sea suficiente con unas quince sesiones primero en el centro y luego continuar en casa. Esta gimnasia tonifica la musculatura y recoloca la vejiga, el útero y el recto.
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