Uno de los principales beneficios de la dieta mediterránea, basada en el consumo abundante de hortalizas y legumbres, es mantener una buena salud cardiovascular.
El concepto de dieta mediterránea aparece tras los estudios epidemiológicos realizados hace ya más de 30 años, en los que se demostró que los países de esa zona tenían unas tasas menores de mortalidad por enfermedades cardiovasculares (infarto de miocardio, angina de pecho y accidentes cerebrovasculares?) y por cáncer, junto con cifras bajas de colesterol, y se atribuyó un papel beneficioso a la dieta que seguían los habitantes de esta zona.
Fue en la isla de Creta donde se encontró la menor mortalidad por cardiopatía coronaria y además era la población que presentaba las cifras más bajas de colesterol en sangre. Por eso la dieta mediterránea se recomienda como cardiosaludable.
Los beneficios de la dieta mediterránea provienen en buena parte a las hortalizas y el consumo moderado del vino.
Se comprobó que la dieta de esta zona se basaba en la ingesta de hortalizas (frutas y verduras), legumbres, pescado, aceite de oliva y pequeñas cantidades de vino.
A diferencia de los países del centro y norte de Europa, que consumían una mayor cantidad de grasa y proteínas de origen animal, en los países del área mediterránea el consumo de carne y grasas animales era menor.
No deberíamos abandonar nuestros buenos hábitos alimenticios tradicionales, que se han demostrado eficaces en cuanto a la prevención de la cardiopatía coronaria y que intentan copiar otros países.
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