Lo habrás oído en infinidad de ocasiones. El uso indistinto de estos conceptos, el de las mechas californianas y las balayage, se ha convertido en algo bastante común. Y aunque es cierto que no se trata de dos técnicas completamente distintas para entender bien las características que imprimen a tu estilo es importante diferenciar ciertos matices, que por supuesto, al ser aplicada brindarán un look totalmente diferente.
Es probable que quieras cambiar de look añadiendo unas mechas a tu peinado. Y por supuesto la manera más sencilla de decirle a tu peluquera el cambio que deseas hacer es dándole la referencia de alguna famosa. Imagínate, por ejemplo, que te gusta el estilo de mechas de Jennifer López: castaño, más oscuro en las raíces, más claro a medida que desciende. ¿Clásicas mechas californianas? Puede que sí o puede que no. Porque si el efecto es el de un cambio de color difuminado lo más probable es que te refieras a unas balayage. Así que atención a los detalles.
¿Cómo diferenciarlas?
Las mechas californianas son un degradado de color desde la raíz hasta las puntas, de más oscuro a más claro. Las balayage también son un degradado pero mucho más sutil. Así que si lo que estas buscando es un estilo más llamativo y atrevido, continua leyendo para conocer mas sobre las californianas.
En las californianas los mechones de pelo se tiñen de manera más plana mientras que las balayage implican un barrido de color desde la raíz hacia las puntas, lo que permite ese efecto de degradado más tenue. De hecho, el término francés balayage se traduce como barrido.
Unas mechas californianas no tienen por qué tener un acabado perfecto. En cierto modo se busca ese efecto de desgaste o de color lavado, como si el pelo estuviera ligeramente quemado por el sol. Reflejando sus orígenes en los cabellos de las chicas que practicaban surf en la década de lo cincuentas en las costas de California. En las balayage prima la elegancia de una textura homogénea y más elaborada desde el punto de vista de la técnica.