La colocación de las extensiones de rastas implica un proceso sencillo cuyo resultado son unas rastas resistentes y de aspecto totalmente natural.
De una forma sencilla y resumida, el procedimiento consiste en fijar la extensión de rasta a la base de un mechón de pelo. Para ello, se usa una aguja de ganchillo que permite pasar el mechón de pelo a través de un pequeño aro con el que vienen dotadas las extensiones de rastas. Este pequeño aro se chafa con ayuda de unos alicates para fijarlo de manera más segura al mechón de pelo.
Para disimular la unión de nuestro pelo con la extensión de rasta, se utiliza el mismo mechón al que se ha fijado la extensión. Ese mechón se gira repetidas veces sobre la unión del cabello con la extensión de rasta. Posteriormente, se emplean unas planchas para dar calor a la unión y fijarla todavía más.
Como resultado, tenemos unas extensiones de rastas perfectamente fijas y naturales, en las que detectar la unión de las mismas resulta prácticamente imposible. Por eso mismo, si sigues estos pasos al pie de la letra nadie notará que el peinado que llevas es producto de unas extensiones de cabello artificiales.
Extensiones fijas
Las extensiones de rastas colocadas con este sistema resultan muy estables y fijas, sin existir riesgo de que se desprendan.
Si alguna extensión se desprende, no es un hecho que ocurra de un día para otro, se va notando como la rasta se afloja y poco a poco se desliza. En estos casos, acudir al centro donde te las colocaron es la mejor solución para apretar esa que está dando problemas.
No te quedes sin lucir unas rastas, gracias a unas extensiones cualquiera puede tener ese punto rastafari sin problemas.